Día de Velitas

En Colombia se celebra el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, el Día de las velitas. Esta tradición reúne a la familia a encender velas, y a que cada uno de los miembros de la familia diga qué tiene para agradecer del año.

El 2020 fue un año extraordinario, es decir, fuera de lo ordinario, de lo normal. Nos hizo cuestionar el rol de la familia, del afecto, del contacto físico, y también nos ha hecho pensar en si es necesario viajar todos los días al trabajo o a la escuela.

Un año que nos separó y nos exigió más que nunca.

Sin embargo, creo que, a pesar de todo, debemos agradecer por cualquier pedazo de bondad que nos haya dado el 2020. Especialmente, porque muchas veces nos preocupamos más por lo que perdemos que por lo que ganamos o por lo que seguimos teniendo.

La gratitud se constituye por varios aspectos (Wood, 2010), de entre los que destaco: (1) apreciar la presencia de otras personas en nuestras vidas, (2) valorar lo que cada uno tiene, (3) tener un sentimiento de reverencia y asombro al encontrar belleza en nuestras vidas, (4) valorar lo positivo que tenemos, (5) apreciar la vida al entender que es corta, y (6) comparar positivamente nuestra vida con la de otros menos afortunados.

Una vida orientada a la gratitud, en todos sus aspectos, es una vida con mayor calidad. Lo contrario a una definición de la depresión (Beck, 1976), como un estado en el que la vida se orienta hacia lo negativo en uno mismo, el mundo y el futuro.

La gratitud se muestra como una forma de prevenir la depresión, la ansiedad, y las adicciones, e incluso el estrés. Se ha encontrado que personas que tienen una vida más orientada a la gratitud, generalmente a través de rituales, presentan menor riesgo de estas enfermedades.

Se ha demostrado también que la gratitud puede influenciar la satisfacción con la vida, el crecimiento personal, las relaciones positivas con otros, y la auto-aceptación. E inclusive se han realizado estudios en los que, al aumentar la gratitud a través de ejercicios, se ha mejorado la calidad de vida.

En lo personal, creo que los ritos, como el día de velitas, son una forma que tiene nuestra tradición para mejorar la forma en la que vivimos. Dedicarle un espacio para agradecerle a la vida por lo que nos ha dado es también darle un tiempo a nuestra mente para sanar. Y si algo necesitamos para cerrar el 2020 es sanar.

Este fue el primer año de vida de mi hija, y fue maravilloso pasar con ella todo el tiempo, por mi trabajo desde casa y por la pandemia. Verla crecer día a día y hacerme cargo de darle de comer, vestirla, jugar, dormir, y tantas otras cosas, hizo de mi 2020 una bella temporada.

Hasta septiembre estuvimos juntos y solos con mi esposa y mi hija, y esto nos fortaleció como núcleo familiar. Si bien el miedo estaba al acecho, enfocarnos en nuestra familia pudo más.

Octubre estuvimos con mis papás, y fue hermoso ver cómo mi hija disfrutó del amor y la compañía de sus abuelos, sus tías y su primo.

Noviembre y diciembre estuvimos con mis suegros, y el amor que recibió mi hija de su familia materna: abuelos, tíos, primos, ha sido inmenso.

He visto crecer día a día a mi hija, en su cuerpecito y su mente. Agradezco a la vida por permitirme acompañarle a mi hija. Agradezco el amor que ha recibido mi hija.

Agradezco que estemos con vida, sanos y juntos.

las velitas representan nuestros agradecimientos

Referencias:

  • Wood, A. M., Froh, J. J., & Geraghty, A. W. (2010). Gratitude and well-being: A review and theoretical integration. Clinical psychology review, 30(7), 890-905.
  • Beck, A. T. (1976). Cognitive therapy and the emotional disorders. Oxford, England: International Universities Press.